Receta: Hígado de pollo encebollado
Receta: Hígado de pollo encebollado. Las menudencias de pollo son poco comunes en las preparaciones del día a día, pero pueden darles un gran sabor a tus recetas

Receta: Hígado de pollo encebollado. Las menudencias de pollo son poco comunes en las preparaciones del día a día, pero pueden darles un gran sabor a tus recetas
500g de hígados de pollo frescos o congelados
2 cebollas blancas grandes en rebanadas gruesas
4 dientes de ajo finamente picados
3 cucharadas de aceite de oliva
1/4 taza de vino blanco seco (opcional)
1 cucharadita de sal de grano
1/2 cucharadita de pimienta negra molida
2 hojas de laurel fresco
2 cucharadas de perejil fresco picado
1/2 cucharadita de orégano seco
1 pizca de chile piquín molido
Tortillas de maíz calientes para acompañar
Salsa verde o roja al gusto
El hígado de pollo encebollado es un platillo tradicional mexicano que combina la textura suave y el sabor intenso del hígado de pollo con el dulzor caramelizado de la cebolla. Esta preparación representa la esencia de la cocina casera mexicana, donde se aprovechan todos los cortes del pollo para crear comidas nutritivas y llenas de sabor.
Originario de México como parte de la tradición culinaria familiar, el hígado encebollado se ha mantenido como un favorito por su alto valor nutricional, especialmente en hierro y vitaminas del complejo B. Su popularidad radica en ser un platillo económico, rápido de preparar y extremadamente saciante, perfecto para acompañar con tortillas calientes y salsa picante.
Paso 1: Descongelar los hígados de pollo en refrigeración 24 horas antes de cocinar, o bajo chorro de agua fría por 30 minutos. No es necesario descongelar la cebolla si está congelada.
Paso 2: Limpiar los hígados retirando nervios y partes verdosas, luego cortarlos en trozos medianos de 3-4 cm. Secar completamente con papel absorbente para evitar salpicaduras.
Paso 3: Calentar un sartén grande con aceite de oliva a fuego medio-alto. Saltear el ajo picado y las rebanadas de cebolla durante 3-4 minutos, moviendo constantemente hasta que estén transparentes.
Paso 4: Agregar los hígados al sartén en una sola capa, sin sobrecargar. Cocinar 2-3 minutos sin mover para que se doren bien por un lado.
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Paso 5: Voltear los hígados cuidadosamente y cocinar otros 2-3 minutos. Cuando estén dorados por ambos lados, agregar el vino blanco si lo usas, y cocinar hasta que el líquido se reduzca a la mitad.
Paso 6: Sazonar con sal, pimienta, orégano y chile piquín. Agregar las hojas de laurel y continuar cocinando 2-3 minutos más hasta que los hígados estén cocidos pero aún rosados por dentro.
Paso 7: Retirar las hojas de laurel y espolvorear con perejil fresco picado. Probar y ajustar sazón si es necesario.
Paso 8: Servir inmediatamente acompañado de tortillas de maíz calientes y salsa verde o roja al gusto. ¡Buen provecho!
Secreto de la textura perfecta: No sobrecocines los hígados o quedarán duros y secos. Deben estar dorados por fuera pero ligeramente rosados por dentro, similar a un término medio en la carne.
Técnica del dorado: Seca muy bien los hígados antes de cocinar y no los muevas hasta que se forme una costra dorada. Esto sella los jugos y mantiene la textura suave.
Cebolla caramelizada: Cocina la cebolla a fuego medio para que se caramelice lentamente sin quemarse. Esto aporta un dulzor natural que equilibra el sabor intenso del hígado.
Variación regional: En algunas regiones se agregan rajas de chile poblano o jitomate picado durante la cocción. También puedes sustituir el vino por caldo de pollo para un sabor más suave.
Aprovechamiento nutricional: Este platillo es extremadamente rico en hierro y vitamina B12. Acompáñalo con tortillas integrales y ensalada para una comida completa y balanceada.
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